Los mantras son frases, palabras o silabas sagradas que se recitan como apoyo a la meditación o para invocaciones divinas. El objetivo, además de una relajación y una concentración es el de terminar con los ciclos de pensamientos de la mente y poder ser conscientes de nuestra divinidad, de nuestro yo superior. Imaginemos entonces un mantra inverso. Que en vez de ser un “om mani padme hum” está conformado por palabras chatarra, sin vida, de dudoso origen y vibración. Imaginemos que este mantra, es repetido por millones de personas diariamente y tendremos una aproximación de la pesadilla industrial que Bowie presenta en “Earthling”
“Looking for satellites” comienza recitando un contra-mantra formado por banalidades repetidas hasta tener una entidad propia por medios de comunicación en una época de hiperconexion (¿hoy tal vez serían los nombres de las principales redes sociales?)
El mantra, rezuma pura alienación y los únicos instantes en que la canción se permite la reflexión es cuando el contra-mantra no está siendo vocalizado.
En esos espacios de lucidez el protagonista indaga su alrededor, se hace preguntas y ve que a lo lejos hay una luz. La metáfora de la luna como algo lejano no hace más que exacerbar el sentimiento de soledad que existe detrás de la escena alienadora de gente alimentándose a través de sus ojos con enlatados y conservas de tv.
Pero hay una salida y está en el cielo.
El cielo es el hogar de lo superior de lo ascendido. No en vano es la residencia de muchos dioses y Bowie lo contempla con la esperanza de encontrar su salvavidas flotando en la inmensidad nocturna de la noche.
“Looking for satellites” es básicamente la búsqueda de señales de vida porque esto, todo esto, está muerto. Es la búsqueda de algo humano. Eso que existía antes fuera de las pantallas, lejos del móvil que ahora te tiene con la cabeza inclinada impidiendo que veas que pasa a tu alrededor. “Looking for satellites” es un grito de que es hora de dejar de bajar la mirada, es un arca que surca el espacio buscando almas que quieran estar más en el aquí y ahora que en un eterno bucle de talk y reality shows.
Como el “You can say I´m a dreamer, but I´m not the only one” de Lennon, Bowie sabe que hay muchos más como el perdidos en ese océano, esperando poder cambiar el mando a distancia por una caricia y los flashes informativos por una cálida y honda mirada.
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Sobre el curador - Vranko Magas
Músico, compositor y escritor nacido en Buenos Aires Argentina.
Luego de estudiar la carrera de piano en el conservatorio nacional y tocar en algunas bandas comencé un viaje por Europa que termino en Barcelona donde realice un posgrado en gestiones globales en la industria musical, en la Universidad Pompeau Fabra. En ese contexto comencé a desarrollar un proyecto de investigación sobre como la música afecta a diversos seres vivos no humanos, en especial las plantas. Para esto, utilice diferentes herramientas entre las que se destaca un dispositivo que traduce los impulsos biolectricos de las plantas a MIDI
El resultado de este proyecto de investigación es tan revelador que a partir de aquí mi búsqueda se oriento por completo a integrar lo orgánico y natural con la música.
"Sigila Violeta" es la primera obra registrada en estudio de esta experiencia que combina secuencias compuestas y ejecutadas por una planta.