Recuerdo estar mirando la ceremonia de premios de MTV (en la época en que MTV no era un reality de adolescentes embarazadas) y ver a Iggy Pop asistir con su ya clásico torso desnudo.
El cuerpo de Iggy hace mucho que dejó de ser el cuerpo de un ser humano normal para convertirse en un lienzo que atestigua cada esquina, bache, choque, aguja y tormenta que el artista atravesó en su vida. Este lienzo nos hipnotiza, porque no podemos evitar sentirnos reflejados en él a través de nuestras propias cicatrices. Por eso, cuando Iggy canta sobre los sentimientos es imposible no alzar las orejas y escucharle. Y mientras maneja autos por un polvoriento universo como un Mad Max en rehabilitación, grita que lo único que quiere hacer es estar detrás o junto a esa persona que lo hace sentir especial. Esto lo más cercano que vamos a escuchar de Iggy hablando del amor. ¿Acaso hace falta más?
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Sobre el curador - Vranko Magas
Músico, compositor y escritor nacido en Buenos Aires Argentina.
Luego de estudiar la carrera de piano en el conservatorio nacional y tocar en algunas bandas comencé un viaje por Europa que termino en Barcelona donde realice un posgrado en gestiones globales en la industria musical, en la Universidad Pompeau Fabra. En ese contexto comencé a desarrollar un proyecto de investigación sobre como la música afecta a diversos seres vivos no humanos, en especial las plantas. Para esto, utilice diferentes herramientas entre las que se destaca un dispositivo que traduce los impulsos biolectricos de las plantas a MIDI
El resultado de este proyecto de investigación es tan revelador que a partir de aquí mi búsqueda se oriento por completo a integrar lo orgánico y natural con la música.
"Sigila Violeta" es la primera obra registrada en estudio de esta experiencia que combina secuencias compuestas y ejecutadas por una planta.